FECHA: 15 de mayo de 2011
LUGAR: Brandilanes
CONVOCATORIA: Plaza de la iglesia
HORA: 10:00 horas
PARTICIPANTES: 33
MEMORIA: A la hora convenida nos dimos cita en la plaza de la iglesia de Brandilanes, desde donde guiados por Plácido, hijo de este pueblo, partimos para recorrer algunas de sus calles y conocer la arquitectura tradicional local; gracias a sus gestiones –y a las de Isidoro, un vecino– también pudimos visitar la restaurada fragua y la iglesia.
Alrededor de las 11:30 horas comenzamos a caminar y que dado el variopinto grupo que formábamos pronto nos convertimos en una larga serpiente multicolor; deteniéndonos en los molinos y puentes de la ribera para tomar fotografías y ver sus instalaciones, y también saludar a los amigos de la asociación de caminantes Semurandar, que realizaban la ruta en sentido inverso. Siguiendo la ruta señalizada con balizas de sendero PR, a las 12:45 horas llegamos al área de descanso de la Poza de las Arquillinas.
Desde aquí, algunos continuaron caminando hasta el cercano pueblo de Castro para visitar su bonita iglesia parroquial, dedicada a Santiago Apóstol, a la que tuvimos acceso gracias a la amabilidad de Flora, una amiga del pueblo.
Tras regresar a Brandilanes para recoger los coches, todo el grupo nos juntamos en el área de descanso para comer y, tras reposar un rato, los que se sintieron con fuerzas continuaron con el programa, subiendo en coche hasta el pueblo portugués de Paradela y, desde allí, en agradable paseo, acercarse al mirador sobre la presa de Castro y los Arribes.
Alrededor de las 11:30 horas comenzamos a caminar y que dado el variopinto grupo que formábamos pronto nos convertimos en una larga serpiente multicolor; deteniéndonos en los molinos y puentes de la ribera para tomar fotografías y ver sus instalaciones, y también saludar a los amigos de la asociación de caminantes Semurandar, que realizaban la ruta en sentido inverso. Siguiendo la ruta señalizada con balizas de sendero PR, a las 12:45 horas llegamos al área de descanso de la Poza de las Arquillinas.
Desde aquí, algunos continuaron caminando hasta el cercano pueblo de Castro para visitar su bonita iglesia parroquial, dedicada a Santiago Apóstol, a la que tuvimos acceso gracias a la amabilidad de Flora, una amiga del pueblo.
Tras regresar a Brandilanes para recoger los coches, todo el grupo nos juntamos en el área de descanso para comer y, tras reposar un rato, los que se sintieron con fuerzas continuaron con el programa, subiendo en coche hasta el pueblo portugués de Paradela y, desde allí, en agradable paseo, acercarse al mirador sobre la presa de Castro y los Arribes.
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